Alcancia

Bajo un seudónimo elegido quizás para ocultarse y, al mismo tiempo, revelarse, este poeta entrerriano ha hecho de su alma un refugio de versos. Nacido entre los paisajes serenos de Entre Ríos, su corazón puro y sensible parece estar tejido con la misma bruma de los ríos y la calidez de los campos.De sus días grises, toma el lápiz como quien toma aire y transforma la melancolía en poesía.

En un pueblo que nunca existió, compré un armario de una madera que inventé. Allí, uno a uno dejé guardados los besos y abrazos que venían en grandes cuotas, los ahorré por así decirlo.

Por momentos use algunos, no lo niego. Pero no los derroché. Los exprimí y los emplee de sabia manera y aunque tenía algunos encima, calentitos, recién dados, decidía llevarme otros para gozar de la dicha de poder sentirme querido.

Como en las finanzas, los ciclos del querer tienen altas y bajas y últimamente he tenido que vivir de mis ahorros.

Día a día saco del mueble imaginario algún abrazo amistoso y por ahí algún beso robado, concensuado. También en días festivos, me llevo un beso pícaro y confidente y en días grises, me excedo y saco dos abrazos, una caricia en mi cuello y por qué no también un   te quiero.

Por Santos Grande (seudónimo)

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