El diseño incorpora una “Y” amarilla, que simboliza tanto la convergencia cultural como el sol isleño, haciendo referencia a la ubicación geográfica única de Villa Paranacito en el Delta. El color verde es el mismo tono del campo inferior del escudo de la Provincia de Entre Ríos, mientras que los tonos azul y marrón evocan los cielos y los ríos que forman parte del paisaje local, fundamentales para la vida en la zona.
La flor del mburucuyá, un símbolo de renacimiento para los pueblos originarios, también tiene su lugar en la bandera, reforzando un mensaje de renacimiento y renovación, por lo que consideró representativo del “volver a empezar” de los isleños después de una creciente.
El remo rojo punzó, inspirado en la bandera de Entre Ríos, subraya el esfuerzo y la tradición federalista de la comunidad isleña, conectándola con su identidad provincial.
La propuesta de Konecny fue seleccionada por un jurado que valoró su capacidad de integrar elementos representativos de la identidad isleña. Tras recibir la noticia por teléfono, la ganadora fue convocada al Concejo Deliberante, donde fue recibida con aplausos y felicitaciones. “Es un tremendo honor que esta bandera, que ahora pertenece a todos, sea el símbolo de nuestra ciudad”, expresó.
Bajo el seudónimo “Ruzena”, en homenaje a su abuela paterna de origen checo, Konecny presentó su propuesta con un enfoque personal y emotivo. Además, recordó su motivación desde la infancia, cuando en su escuela de Arroyo Negro participaba en concursos artísticos. “Creo que no podía no presentarme”, afirmó. Su formación en la Facultad de Arquitectura fue un pilar que le otorgó confianza para materializar su diseño.