Se estima que se produjeron 2500 toneladas de pecán en 2023

Ingenieros agrónomos y otros profesionales del sector estiman que la temporada 2023 ha finalizado con alrededor de 2500 toneladas producidas de pecan. Si bien continúa la tendencia alcista de los últimos años, la productividad en las mayores zonas productoras esta temporada fue afectada por algunos condicionantes.

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La provincia que registró el mayor volumen es Entre Ríos, con el 54% del total producido a nivel país, seguido por Buenos Aires con el 20%, el NOA con el 12%, Santa Fe con el 8%, Corrientes con el 3%, y Chaco y Córdoba con el 2% cada uno.

De acuerdo al Ingeniero Agrónomo Mariano Marcó el volumen alcanzado esta campaña se ha visto afectado, principalmente en las mayores zonas productivas, por varios aspectos. El primero tiene que ver con la sequía sufrida los últimos 3 años que ha impactado fuertemente en la productividad de los montes. La sequía ha demostrado que muchas de las plantaciones no contaban con el sistema de riego adecuado, lo que hizo que no se pudiera mantener el nivel de humedad de los suelos y las reservas se fueran agotando, viéndose reflejado tanto en el menor nivel de producción como en el menor tamaño de las nueces obtenidas esta campaña. También en este sentido las sucesivas olas de calor soportadas a lo largo de la primavera y el verano aportaron a esta disminución productiva. Esta situación no se dio tanto en el NOA donde la afectación por la sequía no fue tan fuerte y esto se reflejó en mayor producción y tamaños grandes de fruta.

Un condicionante adicional del resultado productivo esta temporada, más que nada en la zona central, fueron las cotorras. Este año en particular (2023), en que la disponibilidad de otros recursos más comunes en la dieta de las cotorras ha sido escasa, se observó un cambio en sus comportamientos, atacando en los montes de pecan más intensamente que años previos. Es un hecho preocupante porque estas aves aprenden muy rápidamente a distinguir alimentos altamente nutritivos, lo que podría llevar a que se fijen de manera permanente en los montes. Esta situación ocasionó daños mayores que temporadas anteriores.

Finalmente, se ha detectado que muchos montes tienen un bajo nivel de productividad, en muchos casos por deficiencias en el manejo correspondiente y en otros por falta de inversiones (sistemas de riego adecuados o sistemas de fertilización adecuados, por ejemplo). Hay que trabajar fuertemente con los productores para que atiendan las necesidades de las plantaciones en el momento adecuado. El asesoramiento y la incorporación de paquetes tecnológicos deben estar al día para lograr los resultados esperados.

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