Home“Los pueblos merecen y necesitan tener su historia escrita”

“Los pueblos merecen y necesitan tener su historia escrita”

Las autoras del libro “Villa Paranacito y sus islas cuentan su pasado”, Griselda Peccin y Liliana Piccoli, relatan los orígenes del proyecto, por qué decidieron darle este formato y responden acerca de un viejo mito: ¿hay un tesoro en el departamento?

Por José Luis Regalado

¿Cómo se empieza a escribir la historia desde cero? ¿Dónde empieza la reconstrucción? El libro Villa Paranacito y sus islas cuentan su pasado es sobre eso y muchos otros aspectos. Escrito por las docentes Griselda Peccin y Liliana Piccoli, ahora jubiladas, la obra es una pieza indispensable para conocer a los lugares y a las personas –muchas que ya no viven– de la ciudad y del departamento.  

Sería bueno que sepan nuestros lectores su propia historia en la comunidad isleña.

Somos docentes jubiladas, siempre nos desempeñamos en Villa Paranacito, en las escuelas secundarias y especialmente en los últimos años, en el Instituto Superior de Formación Docente Continua, de esta localidad, con desempeño en el aula, en el Área de Capacitación e Investigación y en el cargo de Rector.

¿Son isleñas nativas o lo son por adopción?

Griselda: Realicé mis estudios primarios en una escuela rural de grado múltiple, Escuela N° 66 “El Santo de la Espada” de El Potrero, el nivel secundario y terciario en la Escuela Normal “Olegario V. Andrade”. Casada con un isleño, me radico en Villa Paranacito para iniciarme en la docencia, en la Escuela Secundaria N° 2 (ex 84) el 4/10/1989. Tengo cuatro hijos varones, de los cuales, los dos menores nacieron en Paranacito. Cuando salí de Gualeguaychú para radicarme en la Isla, venía con mucho entusiasmo, para enfrentar nuevos desafíos. Me adapté muy rápidamente al lugar, la comunidad me adoptó como a una isleña más.

Liliana: En mi caso, mis abuelos maternos compraron tierras en la zona del Arroyo Sagastume Grande en la década de 1950 y a partir de 1973 mis padres se radican definitivamente en esa zona. Cursado los estudios terciarios en la ciudad de Gualeguaychú, vuelvo a la zona, donde también formé mi familia con dos hijos, a desempeñarme en la docencia hasta mi jubilación.

La primera edición del libro se agotó. Por eso debieron imprimir una segunda tanda de ejemplares | Foto: Benjamín Cardenas

¿Cómo surgió la idea de realizar este libro?

Griselda: La idea de plasmar la historia del lugar nace hace una década en el ISFDC de Villa Paranacito, a partir del desarrollo de un Proyecto del Área de Investigación, titulado “Villa Paranacito, su Historia Oral”.  Esto permitió el inicio de la recolección de gran cantidad de datos a partir de las primeras entrevistas a pobladores, de los cuales varios ya no están con nosotros.

Liliana: En el año 2019,  ya jubiladas las dos, la idea vuelve a charlarse en la Biblioteca, entre los miembros de la Comisión Directiva, donde somos parte. Impulsada por la idea, le propongo a Liliana trabajar en ello. Se invita a la comunidad a participar de una reunión, que se realizó en noviembre del 2019, donde asistieron varios interesados en que la historia se plasmara y no quedara, solamente, en las memorias y los recuerdos de los isleños. Así comienza ese maravilloso recorrido.

¿Qué tiempo les insumió este emprendimiento?

Griselda: El tiempo real fue de dos años y medio. Poco tiempo si se piensa en la cantidad de material recolectado y que había que organizar, constatar y seleccionar para escribir lo que sería un libro. La pandemia interpuso un programa de visitas a los pobladores para realizar entrevistas pero eso no significó un problema. Por el otro lado la pandemia nos permitió abocarnos, casi exclusivamente, a recopilar información, mediante llamadas telefónicas, por WhatsApp, mail, Messenger, según la disponibilidad e interés de los entrevistados.

¿Cómo fue la tarea de recopilar datos? Porque el libro trata de generaciones que ya no están y son pocos los que quedan para relatar parte de esa historia.

Griselda: Muchas entrevistas fueron realizadas hace diez años, tiempo en el que aún vivían muchos pobladores memoriosos. También nos hicimos de manuscritos facilitados por descendientes de inmigrantes. Ediciones de la primera década del Diario Delta. De bibliografías, que están enumeradas en la parte final del libro, que fueron fuentes fundamentales para la primera parte del libro.

¿Qué sintieron al ir escribiendo y transitar por la historia de nuestros viejos vecinos inmigrantes, que conocieron y hoy ya no están?.

Liliana: Fue como sumergirnos en otra época, sentir los anhelos de esos inmigrantes que vinieron a trabajar estas tierras, en busca de nuevos horizontes, sus penurias y sus realizaciones tanto familiares como para el progreso de la zona, el trabajo de sol a sol que supieron realizar junto a criollos con los que entremezclaron sus culturas, por el bien de sus familias y de todos los isleños. Hoy no están, pero nos dejaron un legado maravilloso, el amor por la isla, el espíritu emprendedor. Ojalá podamos honrar siempre sus memorias.

El trabajo de investigación y escritura de las autoras duró más de dos años y medio | Foto: Benjamín Cardenas

En el “dicen que dicen” hablan de tesoros. ¿Conocieron algún relato en sus entrevistas sobre algo encontrado en alguna época?

Griselda: Esa parte que titulamos “Dicen que Dicen”  hace relación a hechos posibles, que se repiten en la bibliografía y también en las  entrevistas. Parecen haber quedado no solo como fantasías dentro de los pobladores, sino que en algunos casos, como por ejemplo las joyas del guigue, relatan haberlas buscado durante años.

¿Cuál fue la entrega en números de la primera edición, que sabemos ya se agotó?

Griselda: La primera edición fue de 300 ejemplares. Es un libro de historia regional, por lo tanto de interés para los lugareños, los que habitaron en algún momento esta zona del delta, ¡y se agotó en quince días! Hoy estamos esperando la segunda edición, con 200 ejemplares, de los cuales ya tenemos un 70% encargado. El libro ha tenido muy buena aceptación y nos ha llegado el conocimiento de su uso en las escuelas, con lo que nos pone muy felices saber que hay docentes y alumnos que lo consultan.

Liliana: Estamos felices de haber cumplido un sueño a muchos isleños, de muchos que ya se fueron, pero sus hijos continuaron con ese deseo. Es difícil mencionar a los aportantes de historias, anécdotas e información que se contactaron  gustosos de aportar a este proyecto, pero sí nombrar a los que, día tras día estuvieron acompañándonos, como Carlos Ulchak, Nilda Sansón, Raúl Konecny, Eugenio Lesik, Roberto Molina, Leopoldo Maetta, Matías Bottges, a los que va nuestro entero agradecimiento.

¿Alguna reflexión final?

Griselda: Los pueblos merecen y necesitan tener su historia escrita, para mantenerla viva a través de las generaciones, sino se corre el riesgo de perderse. Seguramente han quedado hechos, instituciones y acontecimientos que no se incluyeron, quedará pendiente para quien o quienes quieran continuar la historia.

Liliana: Agradecemos esta entrevista porque nos permite seguir dando a conocer esta obra. Les deseamos a ustedes éxitos en la edición de un nuevo periódico, que aportará a mantener informados a todos los isleños.

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