A lo largo del país queda evidenciado: millones de argentinos y argentinas viajan y se trasladan para veranear y pasear luego de dos años de restricciones, confinamiento y pandemia. El boom turístico –que reactivó a ese sector, la gastronomía, la hotelería y los comercios– transcurrió en simultáneo con una tercera de ola de Covid-19 masiva, que arrojó resultados escalofriantes desde lo numérico, pero esperanzadores desde lo sanitario.
Los 120, 130 o 140 mil contagios diarios de enero contrastaron con la baja incidencia en las camas de terapia intensiva o los fallecimientos. No obstante, la pandemia siguió condicionando el día a día, algo que se reflejó también en las actividades que se desarrollaron o desarrollan en las distintas ciudades del departamento de Islas de Ibicuy.
¿Por qué? En Villa Paranacito, Ibicuy e incluso en Ceibas se registran nuevos contagios y los casos activos llegaron a superar los 100 por día. Eso hizo que los distintos municipios suspendieran algunas actividades estivales como la Colonia de Vacaciones o diferentes eventos en los balnearios.
El 14 de enero, el municipio de Paranacito informó en su página de Facebook: “A raíz de la situación sanitaria en lo referente al incremento de casos de Covid 19 detectados en la localidad, se ha resuelto la suspensión de eventos (incluido el Complejo Fest) y de locales bailables. Recomendamos tomar recaudos en el caso de concurrir a otras localidades donde la realización de eventos y el funcionamiento de locales bailables hasta la fecha no han sido suspendidos”.
El contexto también originó una reunión entre el personal médico del Hospital con los jefes de Prefectura, Policía y Bomberos para instrumentar nuevas medidas ante la ola de contagios.
Las nuevas restricciones fueron aprobadas por una parte de la comunidad, pero otra parte las criticó porque volvía a complicar las ecuaciones económicas de las distintas personas que aumentan su trabajo en esta época del año. Un dilema que atraviesa a todo el mundo, pero que en Argentina –el departamento de Islas no es la excepción– se agudiza por una crisis económica y social que ya arrastra varios años.