Un estudio de opinión realizado por la consultora Tendencias posiciona al mandatario entrerriano en el séptimo lugar del ranking de gobernadores argentinos. Consiguió un 54,7% de imagen positiva.
Un relevamiento de imagen realizado por la consultora Tendencias a fines de marzo arrojó resultados acerca de cómo están vistos en este momento los distintos mandatarios provinciales del país. En este informe, el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, se ubica en el séptimo lugar del ranking general, con una valoración que lo destaca por encima de muchos de sus pares.
El mandatario entrerriano mostró en la encuesta un 54,7% de imagen positiva y un 45,3% de imagen negativa, cifras que lo posicionan como uno de los dirigentes provinciales con mejor percepción entre los ciudadanos, según el sondeo.
El estudio contempla la opinión pública recogida en las 24 jurisdicciones del país y busca medir el nivel de aceptación de los gobernadores en sus respectivas provincias.
Quien lidera el ranking es el santiagueño Gerardo Zamora, que conserva el primer puesto con una imagen positiva del 68,4% y una negativa del 31,6%. Esta cifra lo convierte en el gobernador mejor valorado del país, según el informe de Tendencias.
El mejor posicionado en la región
Rogelio Frigerio no solo se posiciona bien en el ranking nacional, sino que también sobresale entre sus colegas más cercanos. “Medido en comparación con sus pares de la Región Centro, Frigerio es el mejor valorado”, se destacó.
El gobernador santafesino Maximiliano Pullaro aparece en el puesto número 17 del ranking general. Según el relevamiento, “con una imagen negativa del 56,3%, superior a la positiva, del 43,7%”.
Por su parte, el cordobés Martín Llaryora se encuentra aún más relegado en la percepción pública. “En el puesto 19 está Martín Llaryora, gobernador de Córdoba, con una imagen negativa del 65% y una positiva del 35%”, se indicó en el análisis.
Gestión en Entre Ríos
Allegados al gobernador entrerriano consideran que el crecimiento en imagen positiva de Frigerio se vincula, en parte, “con su estilo de gestión y el discurso centrado en el orden, la transparencia y la búsqueda de consensos”, junto con enfoque “en equilibrar las cuentas públicas y mejorar la infraestructura de la provincia”.
En un contexto económico nacional desafiante, la percepción positiva de los gobernadores adquiere un valor estratégico tanto para la gobernabilidad como para futuras proyecciones políticas.